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CANTO AL TRABAJO

Canto al trabajo se proclama como un reconocimiento a nuestros ancestros, que se dejaron la piel en las labores del campo y del hogar. Para ello, se apoya en los diversos cantos de trabajo que existen en Canarias y en otras expresiones populares del archipiélago y del resto del mundo relacionadas con los quehaceres cotidianos, en las que el ritmo y el sonido cobran protagonismo. 

Canto al trabajo es un homenaje a la tierra, al valor que tiene el contacto con ella, con la naturaleza, con lo orgánico, con la vida.

LA PROPUESTA

Desde el punto de vista geográfico, Canarias es un lugar estratégico, de obligado paso, entre distintos continentes. Atendiendo a este enriquecedor fenómeno, este afortunado archipiélago —formado por ocho islas— se convierte en cuna y patio de recreo para el desarrollo y crecimiento del folclore y la música popular, de una manera global. Así pues, Pieles se apoya en esa condición propia de Canarias para propiciar el acercamiento entre las diversas culturas del mundo y dar lugar a un canto plural; canario y universal.

Actualmente la compañía ofrece dos espectáculos de manera simultánea Canto al trabajo y Ángaro.

POÉTICA

Son las pieles de nuestras madres, de nuestros abuelos, que rezuman esfuerzo, dedicación, amor... Mujeres y hombres que se han dejado la piel en las labores del campo y del hogar. Ecos de sus voces que cantan en los barrancos, con el mero acompañamiento del chapoteo de sus ropas a medio lavar... Ecos de sus palabras silbadas que mueven montañas... Manos que ciernen, desgranan y miman la piel de la tierra... Pieles que toman forma de abrazo, que mecen, que protegen, que duermen a los hijos con la tierna letanía del arrorró en el calor de su regazo. Cantos que seducen a las morenas... Dedos que acarician la piel de la mar en las lapas...

Pieles animales que habitan en los tambores y que los dotan de vida propia, de fuerza, de emoción... Y desde ahí suenan y resuenan, dibujando ritmos ancestrales. Un canto a esas pieles canarias curtidas por el sol en el campo. Un homenaje a la tierra, al valor que tiene el contacto con ella, con la naturaleza, con lo orgánico, con la vida. Un regreso a tiempos pasados, a lo rural, a lo rudimentario... Y una alabanza a la piel de las manos artesanas que paren instrumentos musicales, aperos, útiles...; piezas que, poco a poco, cobran vida en sus talleres.

Allí donde las fronteras del espacio y los límites del tiempo se desdibujan, nace Pieles y su Canto al trabajo. Allí donde no existen colores, solo pieles; donde habita el poder de la emoción... Allí se fragua nuestro canto. 

EL LENGUAJE ARTÍSTICO

Las manifestaciones artísticas actuales tienden a integrar la música, la imagen y la palabra, de tal manera que se potencie un mensaje dotado de ideas y valores estéticos. Por este motivo, las propuestas escénicas que incluyen distintos medios de expresión resultan atrayentes para el público. 

Teniendo en cuenta este fundamento, Pieles nos ofrece su espectáculo Canto al trabajo, una propuesta sonora de gran valor antropológico y didáctico, que se presenta como una apología al trabajo y a las tradiciones con un carácter vanguardista.

La música tradicional es una fuente inagotable de inspiración artística. Además, forma parte de todo un acervo cultural que desde épocas ancestrales ha influido decisivamente en la música y el arte actuales. Como consecuencia, se ha producido un auténtico mestizaje global, que ha dado lugar a un patrimonio cultural mundial de raíces indígenas. 

 

Canto al trabajo se inspira en la fuerza y en la autenticidad de una cultura ligada a la naturaleza, a la sabiduría intrínseca de un pueblo milenario. Los cantos de trabajo son una manifestación propia de la voz del pueblo, constituyen un género musical en sí mimo, se manifiestan en diversas formas y estilos, y suponen para el trabajador una vía de expresión de su realidad. Las canciones del campo son las compañeras leales del segador, de las recolectoras, del labrador, de las lavanderas, de los moledores de grano…

 

Pieles recrea la sonoridad popular de la música a través de una novedosa experiencia, en la que los recursos folclóricos del mundo máull ‡s primitivo —la piedra, el cristal, la madera y el metal— alternan con instrumentos de corte clásico. La fluidez melódica de las cuerdas frotadas y el colorido armónico del piano se funden con la vitalidad rítmica de poderosos tambores, dando vida a esta manifestación artística que entrelaza y reconcilia distintas épocas, espacios… y también culturas, con una múull œsica totalmente cercana y reconocible por nuestra identidad más tribal y arraigada a la tierra.

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