Fabricadas artesanalmente en madera dura —principalmente de moral— y de forma similar a las castañuelas españolas. De mayor tamaño que estas, abarcan un poco más que las manos que las toca. De su sonido depende su función: la más grave, a la que se le suele llamar macho, es la que lleva el ritmo —la que maja— y la de sonido más agudo, hembra, es la que se encarga del repique. Este instrumento, con estas dimensiones y características, aparece únicamente en el folclore de La Gomera.